Desde 1905, año de la muerte de su querida madre, se recluyó en su hogar y volcó todo su tiempo en la escritura de su obra más importante, “En busca del tiempo perdido” (1913-1927), caracterizada en su narrativa por su ahondamiento en la instrospección personal y en el retrato psicológico de sus caracteres.
Esta obra, dividida en varios volúmenes con tintes autobiográficos, le proporcionó el Premio Goncourt en 1919.
La siguiente reseña explica los contenidos de la obra y datos interesantes sobre esta.
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